Inicia su aventura en el Océano Glacial Ártico. Un grupo de militares rusos aterriza con sus paracaídas sobre él en condiciones meteorológicas adversas y sin visibilidad en el horizonte. Es la primera vez que alguien hace algo parecido y lo celebran levantando un campamento y brindando con vodka; es mejor tener el iceberg que un barco. Durante la travesía, el témpano de hielo va expulsando a los intrusos. Algunos caen al mar, ebrios. Otros pierden pie por efecto del deshielo. Solo queda uno y aunque todos nos preguntamos qué será de nuestro hombre, nunca llegaremos a saberlo, ya que el secreto de todo esto está -como os podéis imaginar-, en lo que no se lee.
Rubén García Pardo: "Historias de un iceberg"
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Qué gran relato, Rubén, tus microrelatos siempre le dejan a uno con ganas de más…Aunque es lo que tiene ese género que tan bien dominas. ¡Enhorabuena!